Comisión de Derechos Humanos del Clec analizó situación de hechos viales en Carabobo

Valencia (Especial).- En reunión multidisciplinaria, el Consejo Legislativo de Carabobo sostuvo la primera reunión de varias que se realizaran para tratar el tema relacionado con los factores de riesgos que incrementa la inseguridad vial en el estado.

El legislador José Chirinos, presidente de la Subcomisión de DDHH y de Defensa de la Nación del parlamento regional, sostuvo el encuentro con la Brigada de Tránsito Terrestre, Guardia Nacional vial, los directores de transporte de los municipios Miranda, dirigida por Carlos Miranda, Carlos Arvelo, con Daniel González, Los Guayos con Pedro Royeron y San Diego con Eduardo Pino, así como el Francisco Becerra por el Ministerio del Poder Popular para el Transporte, quienes fueron recibidos además por los legisladores Edmundo Lockibi y Hamid Ramos miembro de la subcomisión del CLEC.

Chirinos destacó que “se viene de una experiencia de resistencia, sobrevivencia que intentó aniquilar nuestra institucionalidad. Estamos en un nuevo momento histórico de victoria y reconstrucción del nuevo estado, donde debemos corregir y relanzar una mejor forma de vida”

Los asistentes al evento coincidieron en que el primer factor que genera caos vial es el exceso de velocidad en nuestras avenidas y autopistas, el irrespeto y desconocimiento de nuestra ley de tránsito terrestre ocasionando caos e imprudencia por chóferes y transeúntes.

Por esta razón, apoyar de manera directa el “Plan Rumildo” sobre la seguridad vial, anunciado por el gobernador, Rafael Lacava y se concluyó en relanzar un plan educativo a través de  aulas viales para infractores, reimpulsar la señalización y exhortos a través de las redes sociales con el apoyo de la cámara de difusión del estado, promover un plan para los choferes de trasporte público de educación vial que incluye manejo defensivo.

Para Chirinos “es necesario diseñar un plan mixto con todos los cuerpos que tengan injerencia,  capaz  de hacer cumplir la ley y aniquilar la matraca, como desviación contrarrevolucionaria”.