Valencia (Especial).- Valencia abrió su corazón para recibir las gracias de Jesús de la Divina Misericordia. Este domingo 7 de abril, segundo perteneciente a la Pascua, la Iglesia católica se llenó de júbilo para agradecer las bondades del Señor.
El boulevard José Gregorio Hernández del centro histórico de Valencia, fue el lugar propicio para celebrar la Fiesta de la Divina Misericordia, en el cual la Iglesia recuerda el mensaje de un Dios que es Misericordioso y nos ama a todos cada año
Centenares de personas se reunieron para alabar al Señor. El encuentro inició con el rezo de la Coronilla de la Divina Misericordia junto a Jesús Sacramentado, para continuar con la Santa Eucaristía y la oración frente a la reliquia del beato José Gregorio Hernández.
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Durante la homilía, presidida por el presbítero Miguel Romero, instó a los presentes a entregar su corazón al Señor y a confiar en el Dios de la vida. “Así como confiamos en el mañana, así debemos confiar en Dios, que nos ama tanto”, expresó.
El Ministerio de Evangelización Shemá, y Paz y Bien, fueron los encargados de entonar los cantos de alabanza durante este encuentro de amor, en el que se glorificó a un Dios que es bondadoso y misericordioso.
Para esta celebración, organizada por la Fundación Señor que Todos Escuchen tu Voz (Fundase), contó con el respaldo de la Arquidiócesis de Valencia, Automercados Vida, y la Alcaldía de Valencia.
Segunda Marcha de la Misericordia
De manera simultáneamente a las 3 de la tarde, desde el sur de la ciudad, específicamente desde la parroquia San Juan María Vianney salió la “Segunda Marcha de la Misericordia”. En la misma, fieles acompañaron a Jesús eucaristía en medio de meditaciones y cantos, hasta llegar a la parroquia Jesús Buen Pastor de Los Caobos donde concluyó con la Santa Misa.
Esta actividad es la segunda vez que se realiza en esta zona de la ciudad y estuvo encabezada por los padres Luis Eduardo Martínez, párroco de Jesús, Buen Pastor y José Ricardo Vivas, párroco de San Juan María Vianney.
La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos publicó el 23 de mayo del 2000 un decreto en el que se establece, por indicación de San Juan Pablo II, la fiesta de la Divina Misericordia, que tendrá lugar el segundo domingo de Pascua.
La denominación oficial de este día litúrgico será «segundo domingo de Pascua o de la Divina Misericordia».