Valencia (Por: Luis González Manrique/ Fotos: Jacinto Oliveros – Instagram y X: @jacin44).- Este miércoles 13 de noviembre, en el marco del Día de la Virgen Nuestra Señora del Socorro por su coronación canónica por parte de la Iglesia católica, el escenario del Fórum de Valencia volvió a ser el escenario para la misa solemne principal que reunió el máximo fervor de los creyentes.
Esta homilía, acompañada de peticiones, oraciones y cánticos por parte de los asistentes, inició aproximadamente a las 11 de la mañana, cuando arribó la imagen de la Virgen del Socorro, acompañada de la reliquia de la Virgen Nuestra Señora de Coromoto, patrona de Venezuela, y el amplio cuerpo sacerdotal
Tras colocarse ambas imágenes en el altar de la misa, frente a los presentes, se dio inicio a la misma, siendo presidida por monseñor Alberto Ortega Martín, nuncio apostólico del papa Francisco en Venezuela; mientras que la predicación estuvo a cargo de monseñor Jesús González de Zárate, arzobispo metropolitano de Valencia.
La concelebración estuvo a cargo de monseñor Raúl Biort Castillo (arzobispo metropolitano de Caracas), monseñor Enrique Parravano (obispo de Maracay) y monseñor Tulio Ramírez Padilla (obispo de Guarenas).
Sacerdotes del Clero de la Arquidiócesis de Valencia y otras diócesis de Venezuela también se hicieron presentes en esta misa solemne en honor a la Virgen del Socorro, patrona de la valencianidad.
Ana Virginia Oviedo tuvo a cargo la dirección de voces y orquesta que dieron un mayor colorido a la misa este 13 de septiembre. Se trata del Coro Arquidiocesano Nuestra Señora del Socorro, acompañado de la Banda Sinfónica “24 de Junio”.
Importante es citar que en esta oportunidad se hizo notoria la ausencia de autoridades públicas y/o universitarias, principalmente el gobernador Rafael Lacava y el alcalde Julio Fuenmayor de Valencia. Solo se notaron al burgomaestre León Jurado (San Diego), Ulises Rojas (vicerrector Académico de la Universidad de Carabobo) y representantes de diferentes cámaras y gremios de la entidad.
El mensaje lleno de fe católica y para la reflexión
A cargo de monseñor Jesús González Zárate, arzobispo de Valencia, estuvieron las palabras de la homilía en este día en que se rindió honor a la Virgen del Socorro, Madre de Dios.
“Afirmaba, en el reciente mensaje, que la celebración de efemérides como ésta debe ser, no sólo un motivo de manifestaciones festivas externas, sino también una ocasión propicia para profundizar en nuestra identidad y misión como Iglesia particular. En este sentido, quisiera compartir con ustedes algunas reflexiones, a la luz de las lecturas de la Palabra de Dios que han sido proclamadas en este día, sobre cómo la Virgen Santísima es para nosotros imagen, de lo que está llamada a ser la Iglesia”, señaló monseñor en esta homilía.
Sin dejar de señalar unas previas palabras que acercaran a los católicos presentes a la Madre de Dios, en la figura de la Virgen del Socorro, monseñor González Zárate también indicó un camino de reflexión del papa Francisco: “Nos dice el papa Francisco que el gran riesgo del mundo actual es la tristeza individualista que brota de la búsqueda enfermiza de placeres superficiales. Por eso vemos a tantos de nuestros contemporáneos tristes, aunque se diviertan mucho, como resentidos y quejosos, sin vida, aunque tenga acceso a muchas cosas. Y esa tristeza no es lo que quiere Dios para nosotros. Por el contrario, Él nos quiere felices, y por eso nos ha dado a su Hijo Jesucristo, quien entregó su vida por nosotros. Quienes se dejan salvar por Él, son liberados de la tristeza, del vacío interior y del aislamiento que genera el pecado en todas sus formas”.
“Por eso, en este día, de la mano de María, renovemos nuestro deseo y compromiso de encontrarnos con Jesús, ya que, con Él siempre nace y renace la alegría. Este encuentro de fe debe servirnos para que cada uno de nosotros, sea cual sea nuestra edad o la situación en que nos encontremos, salga de aquí con el compromiso firme, de intentarlo cada día, sin desfallecer, en medio de las difíciles y complejas realidades cotidianas de nuestra familia, estudio, trabajo y entorno social. Ninguno de nosotros queda excluido de esta invitación. Ser cristiano, ser devoto de la Virgen del Socorro, implica ser discípulo de Jesús, identificarnos con Él. Y podemos estar seguros de que Él no nos defraudará”, continuó.
Siempre sus palabras se enfocaron a esta fe mariana, principalmente en la figura de la Virgen de Socorro, sin apartarse de la Iglesia católica. “Así como la Virgen del Socorro nos reúne aquí, en esta mañana, a personas de diferentes edades, de orígenes y experiencias distintas como una única familia”.
“La Iglesia ‘cuerpo’ de Cristo es ‘como un sacramento de comunión”, un signo eficaz del encuentro de los hombres con Dios y de los hombres entre sí. Por eso, esta festiva ocasión debe ser una oportunidad para el compromiso de realizar en nuestras parroquias y comunidades, movimientos e instituciones católicas la unidad, –la comunión– a través del diálogo constructivo, y la promoción de iniciativas para construir puentes y derribar barreras, superando distancias, prejuicios y desconfianzas”, mencionó.
Por otra parte, invitó a mantener presente los signos de humanidad como, la reconciliación, la tolerancia y la inclusión en la sociedad, principalmente en la sociedad carabobeña, para lo cual la Iglesia católica está presta para que cada persona entre sin dificultades: “Una oportunidad para reconocernos mutuamente como hermanos, a pesar de las diferencias que puedan existir entre nosotros, y renovar el compromiso de trabajar por la reconciliación, la tolerancia, la inclusión de la sociedad carabobeña, de forma que nuestra Iglesia arquidiocesana sea, como dice el papa Francisco, una madre de corazón abierto donde todos se sientan acogidos; una casa familiar con las puertas abiertas en la que todos puedan entrar sin dificultad”.
“En este sentido debemos trabajar para que nuestra Iglesia particular sea más participativa y dinámica; educando a los niños, jóvenes y adultos en la fe, creando pequeñas comunidades eclesiales, donde se pueda escuchar la Palabra de Dios y confrontar la vida con ella y ocupándonos de la inserción comunitaria, para que juntos busquemos soluciones a los múltiples problemas que cada día surgen en nuestras comunidades”, expuso.
Entre sus palabras también dijo: “Como lo afirma el papa Francisco ‘hay un estilo mariano en la actividad evangelizadora de la Iglesia’. En ella vemos que la humildad y la ternura que estamos llamados a vivir como seguidores de Jesucristo no son virtudes de los débiles sino de los fuertes”.
Y muy cerca de concluir dejó claro: “Por eso, debemos estar cada vez más conscientes que la vida cristiana y nuestro amor a la Santísima Virgen, no nos cierran en una intimidad cómoda, sino que nos convierten en personas generosas y creativas, felices en el anuncio y el servicio misioneros, y también en el compromiso con la construcción del Reino de Dios. Nos vuelven comprometidos con los reclamos de la realidad y capaces de encontrarle significado a todo lo que nos toca hacer por la Iglesia y por el mundo”.
Después de esta homilía, continuó la misa para que la Virgen del Socorro saliera cargada en hombros, acompañada de la reliquia de la Virgen de Coromoto, en una procesión que recorriera la avenida Bolívar Norte de Valencia y parte del casco central hasta llegar a la Catedral de Valencia, acompañada de una diversidad amplia de creyentes de la Iglesia católica.