Como rama jurídica, el Derecho Ambiental es relativamente joven: se impulsó a principios de los años 70 a nivel internacional tras desastres ecológicos, como el accidente de Chernóbil. Hoy en día sigue en desarrollo, muy ligado a los acuerdos internacionales, como los alcanzados en las Cumbres del Clima de la ONU, o en el caso de España para atender al marco sobre el clima y la energía que establece la Unión Europea para luchar contra el cambio climático.
El Derecho Ambiental es un conjunto normativo amplio y transversal al afectar a distintas áreas y sectores de la sociedad. Para su desarrollo, los legisladores se apoyan en principios clave:
• Acción preventiva y cautelar: busca evitar un daño medioambiental.
• Desarrollo sostenible: los poderes públicos tienen la obligación de velar por el uso de los recursos.
• “Quien contamina, paga”: este principio pone el foco en quienes con sus acciones dañan el medio ambiente y, por ello, han de pagar una sanción.
La raíz de esta rama jurídica nace en el reconocimiento del medio ambiente como bien jurídico del que depende no sólo el desarrollo económico, sino el bienestar y la salud de la ciudadanía, desde la utilización del agua para generar electricidad, para la industria o para el suministro a los hogares, hasta la protección de los bosques y el control de las emisiones contaminantes para garantizar la calidad del aire que se respira.
El medio ambiente, como bien jurídico, pertenece a todos los ciudadanos. El Estado tiene, por tanto, la obligación de proteger y conservar el medio ambiente; pero esta obligación recae también en el conjunto de la sociedad. Por eso, todos los ciudadanos tienen el poder de exigir medidas para protegerlo y para restaurarlo en caso de que se produzcan daños, ya que su perjuicio afecta a la sociedad en su conjunto.
En la actualidad, más allá de las acciones globales para proteger la naturaleza, el Derecho Ambiental abarca también la forma en que debe avanzar la sociedad para garantizar la sostenibilidad, es decir, un uso más responsable de los recursos naturales. El Derecho Ambiental ha pasado de tratar de evitar daños ecológicos y multar a sus responsables a permear en todo el ordenamiento jurídico de un país, desde la energía, a la movilidad, las finanzas o el comercio.
Principios del Derecho Ambiental
El Derecho Ambiental persigue los siguientes objetivos fundamentales:
• Evitar la contaminación del medio ambiente tanto como sea posible, así como las intervenciones nocivas de parte del ser humano.
• Disponer de las normas y medidas que castiguen el delito medioambiental y propicien una cultura respetuosa frente a la vida y al ecosistema.
• Tomar las decisiones apropiadas para lidiar de la mejor forma posible con la contaminación ya presente en numerosos ecosistemas, o con los daños ya causados por la actividad industrial.
• Debatir en torno a la postura más adecuada que en la materia deben tener los Estados, para orquestar el desarrollo mundial de manera sostenible y ecológica.
Hoy en día cada nación del mundo posee en su constitución algún tipo de reglamentación y de fundamentos del derecho ambiental, los cuales sirven, además, a la hora de colaborar con organizaciones internacionales de defensa del medio ambiente.
De esa manera, los países poseen la capacidad de controlar jurídicamente el modo en que se explotan sus recursos naturales, y proteger la biodiversidad, ese preciado bien de nuestro planeta que cada día pareciera disminuir un poco más.