Valencia (Por: Luis González Manrique/ Fotos: Jacinto Oliveros – Twitter e Instagram: @jacin44).- El pasado sábado 25 de marzo, el reportero gráfico Jacinto Oliveros acudió a una invitación para dar cobertura periodística al V Viacrucis Parroquial realizado por la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús de la comunidad de El Castaño, en Maracau, estado Aragua.
Este viacrucis partió desde La Planta para llegar a Palmarito, y se celebró este año con la particular intención de agradecer por el don de la vida, luego del deslave natural ocurrido el 17 de octubre de 2022.
Se dieron las 15 estaciones. A lo largo de todo el trayecto, se refirieron los diferentes momentos vividos por Jesús de Nazaret desde su prendimiento hasta su crucifixión, sepultura y posterior resurrección.
El recorrido fijado fue el mismo que en su momento hiciera el rio durante la tragedia, por lo que calificar que fue una jornada de gratitud y bendición para la comunidad.
A pesar del dolor por las pérdidas humanas y la terrible destrucción de innumerables viviendas, unas reparables y otras no, aun se puede observar las cicatrices y las huellas de lo que sucedió ese fatídico lunes 17 de octubre, a seis meses de aquel día, los trabajos de recuperación de las calles , avenidas, alumbrado, sistema de agua potable y servidas, remoción de grandes piedras en los cauces del río, así como dentro de las casas, ha sido muy significativo por parte de las autoridades nacionales, regionales y de la Alcaldía de Girardot, quienes desde el primer momento prestaron todo apoyo necesario.
Consultados vecinos de los sectores Palmarito y El Castaño, reconocen y agradecen la labor de los organismos estatales, los cuales durante los primeros tres meses, hicieron avances en un alto porcentaje con la limpieza y apertura de las vías, dragado del río, ayuda con materiales de construcción para el mejoramiento de los hogares destruidos y también del sistema de distribución de agua potable y asfaltado de algunas calles.
En la actualidad, se hace un llamado al Ejecutivo nacional a no desmayar en los trabajos que se vienen realizando y aprovechar la temporada seca antes de que llegue la temporada de lluvias, para que puedan seguir con los planes de mejorar la calidad de vida en esta comunidad.
Los residentes de El Castaño reconocen que no es una tarea fácil por las condiciones de la zona. Es un trabajo lento; además que pasarán años hasta que los habitantes retomen la normalidad cotidiana, que tenían antes de la tragedia, ya que esa situación ocurrida cambió cientos de vidas para siempre.